Maradona, lo sagrado y lo terrenal

Siguen dando vueltas por el mundo las declaraciones de Maradona luego de haber logrado la clasificación de la selección Argentina al mundial de Sudáfrica 2010. Una clasificación que no sorprende a nadie, la sorpresa está más bien en que hayan tenido que esperar hasta la última jornada para sellar su pase.

En un país con una cultura de fútbol tan arraigada, potencia mundial en la disciplina y con jugadores que en palabras del propio Maradona “ganan montones de plata” es increíble que tengan que ser dirigidos por un técnico incapaz, sin ideas, sin personalidad estratégica y el que basa su filosofía únicamente en “hacer que los jugadores suden la camiseta”. Carajo como si el sudor por sí solo ganara juegos.

Los que practicamos el deporte, con al menos un mínimo de seriedad, sabemos que el “sudarse” la camiseta puede marcar la diferencia y que el “míster” valora enormemente la actitud que uno tenga en el campo; sin embargo la actitud por si sola no gana juegos y el trabajo del técnico debe ir más allá de si el jugador suda más o menos.

Diego expresa que ese día sus jugadores lo consagraron como técnico. Luego de un pobre balance de 4 juegos ganados con igual número de juegos perdidos. Clasificando al límite con una selección considerada históricamente como favorita en el continente. Sorprende lo poco con lo que se conforme una persona de su estatura deportiva.

consagrar.

(Del lat. consecrāre).

1. tr. Hacer sagrado a alguien o algo.

Increíble sería que luego de una actuación tan pobre, con un juego que nunca ilusionó a nadie, y como broche de oro unas declaraciones tan vergonzosas Maradona siga dirigiendo a la selección.

Diego Armando Maradona es para muchos el mejor de la historia. Reconozco que como jugador marcó una época y que más allá de estar de acuerdo o no, es imposible negar que su genialidad en la cancha será difícil de igualar. En Argentina lo apodan “la mano de Dios”, incluso es común ver juegos alfanuméricos con su nombre D10S

dios.

(Del lat. deus).

1. m. Ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo.

Con todo el respeto del mundo, sobre todo de los argentinos y las argentinas, luego de las declaraciones ya mencionadas, da pena ajena pensar que le dejen la responsabilidad de hacer y representar su universo a este personaje.

Entiendo, comprendo, incluso puedo compartir la rabia sentida por todo el ambiente de estos últimos días. Pero la diferencia la marcamos con nuestras acciones, y son las acciones las hablan de nuestra persona.

Pero no todo se trata de Maradona ni de fútbol, aunque muchos piensen lo contrario. Es sólo una muestra evidente y de moda que me permite entrar en algo más profundo y que sí nos ocupa a todos y es cómo distintas sociedades somos capaces de hacernos tanto daño, otorgándole el permiso a falsos mesías o endiosando personajes que si bien pueden tener buenas intenciones, incluso con logros importantes en el pasado; nos van llevando a un mundo de destrucción y no de construcción.

Un ejemplo claro de lo que puede ocurrir cuando delegamos grandes responsabilidades en líderes carismáticos sin pedir la más mínima prueba de éxito previamente. O donde el éxito en un área se asume como la capacidad de ser exitoso en cualquier otra. Desde equipos deportivos hasta Naciones.

Al mismo tiempo un ejemplo de que hace falta mucho más que deseos y sudor para alcanzar grandes metas. Donde la preparación, la experiencia y hasta la moral son elementos necesarios para crecer, destacarse y triunfar.

Prefiero la perfectibilidad de un ser terrenal y el día que mi actitud me haga transitar por estadios tan desagradables sólo pido dos cosas:

• A mis amigos, que me sirvan de espejo y me ayuden a ver en dónde me estoy metiendo.
  

• A mí mismo, la capacidad para “darme cuenta” y la humildad para reconocer genuinamente mis errores.
  

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Las definiciones fueron tomadas del sitio web de la Real Academia Española

La imagen fue tomada del Blog del Hincha del Boca