Para los que me siguen en Instagram muy probablemente ya lo hayan leído. Defitivamente esta experiencia del curso de fotografía de Introducción al desnudo está siendo más que interesante. Serán varios posts y por eso quise comenzar por este, que marca la puerta de entrada a los próximos. Aprovecho de agradecer a Roberto Mata, a RMTF y su #StaffRMTF por impulsar la iniciativa #RMTF2017Gratis y gracias también a quienes me dieron sus likes para ganarme el derecho a realizar el curso. Ahora sí, comencemos.
El
retrato siempre me ha inspirado, más aún estudiarlo desde la mirada de
la fotografía. Un buen retrato es más que una imagen, es más que una
buena luz, más que una atractiva composición. Debe, adicionalmente,
trasmitir algo de la esencia del retratado, su presencia; lo que amerita
una conexión entre fotógrafo y retratado, una danza que permita que
ambos lleguen al resultado deseado. El autorretrato es un poco más
complejo aún, porque los sujetos antes mencionados (fotógrafo y
retratado) son la misma persona, que tiene el doble trabajo de componer
la imagen y modelarla. Sumemos también el reto de hacerlo desnudo.
Cuántos juicios no tenemos sobre la desnudez, sobre la sexualidad, sobre
la moral... incluso sobre la aceptación y autoestima. En fin, ¿Cuál es
mi esencia? ¿Cómo se ve mi "presencia"? Son conversaciones con uno mismo
que no solemos tener con mucha frecuencia o con mucha profundidad.
Abordar este ejercicio luego de varios años estudiando fotografía y un
par de años conversando más frecuente y profundamente conmigo es un reto
muy interesante que estoy empezando a resolver. Aquí una muestra.