lunes, 10 de julio de 2017

¿Por qué a mí? ¿Te lo has preguntado?



Aún sufres por no encontrar certezas,
por tener que lidiar con la incertidumbre,
por no poder controlar ni los espacios más íntimos de tu entorno.

 
Ves con desesperación que se desmorona el mundo a tu alrededor,
que todo por lo que has trabajado es tan frágil como una hoja seca.
 

Te sigues cuestionando qué fue lo que hiciste mal, qué dejaste de hacer o por qué, aún haciendo todo bien, hay cosas que resultan tan mal. 

Tal vez lo único que debas aprender es a develar la ilusión del control. Sí, es una ilusión. 

Puede que un día amanezcas y te hayan arrebatado todo por lo que has trabajado, sin razón, de manera injusta, sin explicaciones. Tan sencillo como que puede suceder y ya. Como también puedes amanecer un día y que te concedan algo que jamás pensaste que tendrías, que lograrías. Igualmente, sin razón, sin explicación. Que se te conceda y ya, lo merezcas o no. 

En cada caso te toca decidir cómo continuar. Qué hacer con lo que te haya sucedido. Tú eliges entre seguirte aferrando a tus expectativas o fluir con lo que está ocurriendo, en tu tiempo y espacio presente. Fluir no significa dejar de hacer, por el contrario, implica actuar en consecuencia de lo que ocurre, aceptando que lo que pasó, pasó. Fluir es aceptar y seguir. 

Seguir con quién eres, que a decir verdad es lo único que te pertenece, y eso en el caso de que te hayas tomado el tiempo en descubrirlo y trabajarlo; porque si no lo has hecho sencillamente existe, ni siquiera eso te pertenece. Seguir con tu repertorio emocional que te conecta con el mundo que te rodea, material e inmaterial. Seguir con tus juicios y tu forma de ver y estar en el mundo. 

Seguir... 

¿Seguir a dónde? puede preguntar el que lo perdió todo. ¡Cuidado con la trampa! Si estás vivo no lo perdiste todo, si no tienes una razón para vivir perdiste el sentido de la vida, pero no la vida. La buena noticia es que en cada segundo de nuestra vida podemos replantearnos nuestro propósito, imaginarlo y dibujarlo de nuevo, adaptarlo, reconstruirlo. Para esto debemos trabajar nuestras capacidades para seguir adelante. 

¿Qué tan capaces somos de Aceptar?
¿Qué tan capaces somos de Perdonar?
¿Qué tan capaces somos de Aprender?
De Auto observarnos, de pedir ayuda, de cambiar, de afrontar el cambio…
 

Busquemos en nuestro presente y en nuestra bitácora personal historias de éxito en estos ámbitos. Tal vez mañana nuestro mundo se desmorone. Tal vez mañana nuestro mundo se expanda de manera insospechada. ¿Estamos preparados? 

Imagina por un momento que tienes las competencias suficientes para asumir cualquier cambio, cualquier cosa que te suceda ¿Cómo te hace sentir esa posibilidad? A mí me da Paz, me hace sentir más seguro. No porque sepa qué va a pasar, sino porque sentiría que tengo los elementos necesarios para abordar lo que pudiera surgir. 

Todos tenemos un camino a nuestro paso. ¿Y tú? ¿Cómo te sientes en el camino que estás transitando?


Imagen: Google images

No hay comentarios:

Publicar un comentario