sábado, 29 de julio de 2017

En el peor de los escenarios… ¿Cuál es tu elección?

Mi hijo mayor (mañana cumple 7) se hace cada vez más fanático de los deportes. Apenas la pantalla muestra un juego, mira atentamente a ver cómo se llaman los equipos y le sigue la pregunta clave ¿A quién le vas papi? Él hace su elección basándose en los colores de los uniformes, mientras más se acerquen a sus colores favoritos más rápido ganará su “fanatismo”. Pero la historia no acaba ahí.

En la medida que el juego va avanzando, suele cambiar de equipo, inclinándose por aquel equipo que vaya ganando, sin importar cuántos cambios de equipo haga en el transcurso del juego.

Hasta los momentos sólo he logrado que mantenga su elección hasta el final una sola vez. Y fue en el Mundial Sub 20 de fútbol en el que nuestra Vinotinto salió subcampeón. Claro está, los buenos resultados lo hicieron más sencillo. Cuando vimos la final dudó muchísimo desde el gol de Inglaterra, pero ya tenía la Vinotinto en sus venas y animó todo lo que pudo aunque al final perdimos. Le comenté lo importante que había sido el torneo para la Vinotinto, para el país y todavía recuerda claramente ese resultado.

Mañana será un día clave en nuestra historia y a pesar de que todo apunta a que se mantendrá la trampa de la ANC es importante saber cuál es nuestra elección. Si estás leyendo esto seguramente serás mucho mayor que mi hijo, tendrás edad suficiente para pensar y sentir tus elecciones sin tener que ver cómo avanza el juego para ver quién va a ganar. Como le digo constantemente a mi hijo: no siempre se gana en la vida, hay que aprender a ganar y a perder; y en este momento vale mucho saber cuál es nuestra elección, incluso si eso implica perder.

Si tu elección es Libertad, Democracia, Justicia, probablemente mañana se un día en el que perdamos mucho de eso. Pero si de verdad es nuestra elección, no habrá oscuridad que la apague, ni ANC que la silencie; es a nuestra elección a la que tenemos que sumarle, a la que tenemos que darle ánimo con toda nuestra fuerza, con nuestras mejores acciones y pensamientos. Cuando llevamos esa elección en nuestras venas, como mi hijo y yo llevamos a la Vinotinto, valdrá la pena dejar todo en la cancha, partido tras partido, las veces que haga falta, porque esa es la elección que realmente nos hace sentir vivos. Como diría San Agustín “Reza como si todo dependiera de Dios. Lucha como si todo dependiera de ti.”

 

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