sábado, 21 de enero de 2017

El lado oscuro




Sobre este tema ya he hablado dos veces en público, ambas en el marco del Programa de Formación de Facilitadores-Coaches de Indelser. La primera en el modulo III del PFC-XVII donde me certifiqué y la segunda en el cierre del PFC-XXV, mi primero como Coach Titular de una Comunidad. En esta ocasión quise dejarlo por escrito.

Mi mayor aprendizaje dentro de mi proceso de formación en el PFC lo ilustré de la siguiente manera. Entregué a cada uno de los presentes una moneda, luego les pedí que enfocados en su moneda eligieran un lado que no les gustara, o al menos el que menos le gustara. De esta forma tendrían un lado de la moneda que les gusta y otro que no. Paso siguiente les pedí que le quitaran a la moneda ese lado que no les gustaba, que lo arrancaran, que lo desecharan y se quedaran solo con el lado que sí les gustaba. Obviamente no se puede hacer, la moneda es moneda porque tiene dos lados.

Ese fue precisamente mi gran “darme cuenta”, que yo soy lo que soy con lo que me gusta de mí y con lo que no. Que la convivencia de “ambos lados” me hacen quien soy en este momento. Aprendí que necesito mis sombras para ser quien soy, aprendí que no puedo desecharlas, ni arrancarlas. Aprendí incluso que querer ocultarlas, menospreciarlas o intentar minimizarlas tiene sus consecuencias, en mi caso me limitaban muchísimo.

Sé que entrar en el lado oscuro no es agradable, a veces asusta, a veces duele, a veces duele más… al menos en mi experiencia. No saber qué te vas a encontrar y etiquetarlo de entrada como malo no suele ser fácil parar entrarle. Sin embargo, las posibilidades que se me abrieron fueron también muy importantes y al día de hoy es una de las cosas que más le agradezco a ese proceso. Aprendí a ser más compasivo conmigo mismo y con otros, viví como me flaqueaban las fuerzas, como quise huir de ese encuentro, me encontré con cosas que eran peores de lo que pensaba y también me conseguí con la grata sorpresa de que toda sombra tiene su lado de luz y toca a cada uno de nosotros encontrarla.

Y esa es también una entrega que les quiero dejar. La sombra sólo significa que hay luz. Muchas veces nos enfrascamos en poner nuestra atención sólo en la sombra y eso, además de fortalecerla, no nos deja ver la luz. Si luego de entrar en nuestras sombras, comprenderlas, saber qué tienen que ver con nosotros, aún preferiríamos no tenerlas; tenemos la capacidad de trabajar en nosotros mismos para mejorar en esos aspectos. Si nos victimizamos ante nuestras sombras seremos sus esclavos, si decidimos trabajar en ellas, muy probablemente estemos edificando una nueva y mejor versión de quien estamos siendo.

Una última nota antes de cerrar. Mientras más oscura y profunda sea la sombra, significa que más intensa y poderosa es tu propia luz. Queda en ti decidir en dónde pones el foco y queda en ti actuar para ser la versión que quieres ser de ti mismo.

Imagen: El Telégrafo

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