miércoles, 15 de febrero de 2017

Días de mierda



Lidiar con el hastío, con el cansancio. Sentir que hay días que pasan sin que nada verdadero pase. Minutos lanzados al vacío, sin mensaje, sin contenido. Momentos mecánicos, conversaciones en automático. Sin prisa, sin calma, sin alma.

Días en los que sientes que lo verdadero se esfumó, que no vale la pena, que son demasiadas las bajas, que perdiste la batalla.

Situaciones en las que te sientes insignificante, instrascendente, donde pareciera que la vida te mira indiferente.

Días en los que no hay razón, ni horóscopo, ni sentir que te muestren un camino, que te flaquean las ganas, que te vas al suelo sin ánimos. Días de mierda que se te vienen juntos todos los pensamientos que ahogan.

Días de sombras, sombras oscuras, frías, macabras, que saben dónde herirte...

Es en este punto que recuerdo que si bien no puedo elegir lo que siento, sí puedo elegir lo que pienso. Y que cuando más profundas son las sombras es porque más radiante es la luz que las genera.

Hoy respeto mi sentir, honro mi caída, me doy el permiso de verme vulnerable y reconozco también mi arrechera. Así que... Bingo! Ahí está mi fuerza, la que me sacará del foso, la que me recuerda que la luz está dentro y no afuera. Toca cuidar la llama, tener paciencia para que crezca el fuego y levantar vuelo de nuevo.

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